Limpieza habitual
La forma ideal de mantener el parquet es mediante la limpieza diaria
(o al menos periódica) en seco, con cepillo, mopa o preferiblemente con
aspirador. La limpieza con mopa o cepillo con frecuencia no elimina los
restos de arena o de otras partículas, sino que los transporta de un
lugar a otro y acaban acopiándose en los rincones, donde más tarde o más
temprano pueden volver a perjudicar el parquet. La limpieza con
aspirador asegura la absorción y retirada completa de estos elementos
potencialmente dañinos.

Conviene no abusar de la limpieza en húmedo, aunque es posible
hacerla por ejemplo una vez a la semana con fregona o similar,
naturalmente “muy bien escurrida” antes de aplicar al parquet para no
depositar sobre los productos de acabado agua líquida. La limpieza
húmeda continuada, acaba dañando los productos de acabado. En particular
los barnices acaban adquiriendo un tono mate. Otra consecuencia del
fregado excesivo es el ennegrecimiento de las juntas entre tablas (donde
inevitablemente se acumula el agua), la pérdida (por arrastre) de los
acabados al aceite y el cambio de color tanto de la madera como de los
productos de acabado.
Estas labores de limpieza en húmedo se pueden aprovechar para añadir
al agua productos de limpieza para superficies delicadas, pero
naturalmente respetando la forma de aplicación y la dosificación
recomendada por los fabricantes respectivos. Además, algunos fabricantes
de barnices para parquet disponen en su catálogo de productos
“metalizantes” para aplicar en combinación con el agua de fregado. Estos
productos recuperan (aunque sea parcialmente) el brillo del barniz,
reparan arañazos someros y mejoran en general el aspecto del acabado.
Conviene asegurarse de la compatibilidad entre estos productos y el
acabado del parquet y realizar previamente una prueba en un lugar poco
comprometido.
No se deben aplicar bajo ningún concepto productos diluidos de uso
tradicional (para los que ciertamente no existe ninguna base científica
que asegure su eficacia), como por ejemplo el vinagre, ni siquiera
diluido en el agua de limpieza. En general los ácidos atacan
químicamente las resinas de distinta naturaleza de las que están
constituidos los barnices.
Limpieza de manchas
Se pueden utilizar ocasionalmente un paño mojado en agua caliente para las manchas “resistentes”.
Nunca se deben aplicar productos con detergentes abrasivos (detergentes en polvo).
Inmediatamente después de pasar un paño húmedo (frío o caliente) secar con un paño seco la superficie afectada.
Las manchas de frutas, zumos, leche, nata, cerveza, vino, café se
deben retirar con un detergente de superficies delicadas y actuando lo
más rápidamente posible.
Las manchas de ceras, aceites, betún y huellas de goma de zapatos, se
pueden retirar con un trapo mojado en disolvente (hacer primero una
prueba en un lugar poco visto).
La tinta de rotulador, bolígrafo, pintalabios se puede intentar limpiar con un trapo mojado en alcohol.
Vertidos ocasionales
Los vertidos ocasionales de líquidos, sean de la naturaleza que sean,
(agua, bebidas, productos de limpieza, alimentos etc.) conviene
retirarlos inmediatamente. En particular el agua es muy perjudicial para
ciertos tipos de barnices.
Instalación y uso de felpudos
La mejor limpieza es la que no es necesaria. Bajo esta filosofía es
conveniente tomar precauciones para evitar la penetración en la vivienda
de los mayores “enemigos” del parquet que son los restos de arena y el
agua y lo que es peor aún la combinación de ambos en los días de lluvia.
Para evitar esto conviene instalar (y utilizar con regularidad)
felpudos a la entrada de las viviendas.
Protección de la radiación solar
La incidencia directa de la radiación solar a través de los huecos de
la edificación (puertas y sobre todo ventanas) es muy perjudicial para
el parquet. La radiación solar produce recalentamiento de la superficie
del parquet (con las patologías ya conocidas de apertura de juntas entre
piezas o formación de fisuras). No es necesario comentar que también se
produce deterioro de los productos de acabado con cambios de color,
descamación, resquebrajamiento etc.
La radiación solar produce también cambios de color en la madera
(generalmente la vuelve más clara). Las maderas oscuras (tropicales por
ejemplo) sufren con frecuencia este fenómeno.
Por tanto, debe evitarse esta incidencia directa de la radiación
solar en la medida de lo posible, utilizando para ello todos los
elementos de protección interior o exterior próximos a los elementos de
carpintería (persianas y toldos por el exterior) cortinas y/o visillos
(por el interior).
Otras precauciones
Se debe evitar el arrastre de objetos pesados sobre el parquet,
especialmente si la superficie de contacto es muy pequeña (patas de
muebles, sillas camas). Es conveniente proteger con fieltros las patas
de estos muebles.
Los muebles con ruedas son especialmente agresivos, tanto por el
efecto de aplastamiento (si se trata de ruedas de pequeño diámetro y
maderas no muy duras) como por desgaste. Especialmente perjudiciales son
las sillas con ruedas (sillas de tipo oficina). En estos casos la única
protección posible es colocar superficies plásticas protectoras (las
hay translúcidas) en la zona de rodadura.
Los peldaños de escalera pueden protegerse con mamperlanes de los que
hay toda una multiplicidad de productos en el mercado en cuanto a
diseño, materiales, forma de colocación.